Desde el Ministerio de Educación admitieron a Clarín que la desigualdad tira para abajo los resultados del país, lo que lo ubica 58° en un ránking de 65 naciones. En lectura, por ejemplo, la nota argentina fue de 398. Pero al ver los resultados por región se comprende mejor el diagnóstico: “En el noreste y noroeste, las notas dan por debajo de los 350 puntos. En el centro, Cuyo y Patagonia, en cambio, por encima de los 400”, dijo Eduardo Aragundi, subsecretario de Planeamiento Educativo del Ministerio de Educación.
Los que saben poco son muchos y los que saben mucho son pocos. En la prueba de lectura, el 52 % de los casi 4.800 alumnos evaluados en todas las provincias no llegó a los 400 puntos (el mínimo que PISA exige para aprobar). Y en matemática el resultado es peor: no logró esa meta el 62%. Entre los 400 y los 450 puntos hubo un 41% (en lectura), mientras que sólo el 7% alcanzó notas por encima de los 600 puntos. Ningún argentino superó los 700 (sobre 1.000).
El dato alentador es que entre 2006 y 2009 hubo una importante reducción de alumnos que antes no llegaban a los 260 puntos. Aunque ahora la mitad de ellos sólo supera los 330 puntos y la otra mitad se ubica entre los 260 y los 330. La proporción de los que llegó a obtener un “aprobado”, en cambio, no demostró en los últimos tres años una variación sensible.
En el informe PISA, que impulsa la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), queda claro que la Argentina figura entre los países más desiguales en materia educativa. En general, el lugar que ocupa cada nación en el ránking de calificaciones es inversamente proporcional al ránking de desigualdad.
Otro dato relevante que dejó este estudio es que uno de los principales problemas de la educación argentina es el alto nivel de repitencia . Los números de PISA demostraron que las notas que obtuvieron los chicos que estaban cursando tercer año en el momento del examen (64% de la muestra) fueron mejores que las que recibieron aquellos que, pese a tener 15 años, estaban rezagados en la primaria o en primer o segundo año de la secundaria. Aragundi interpretó que “esa discriminación (que la Argentina le encargó especialmente a PISA) sirvió para llegar la conclusión de que la escuela enseña”.
A nivel mundial participaron 65 países, con un total de 470 mil estudiantes.
El puntaje que pueden obtener los alumnos en cada área varía entre 0 y 1.000. El puntaje promedio mundial fue de 500 puntos y el más alto, China, llegó a 556.
Argentina obtuvo 398 puntos en lectura, 388 en matemática y 401 en ciencias.
Esas notas representan una mejora con respecto a 2006 de 24 puntos en lectura, 7 en matemática y 10 en ciencias.
Entre 2000 y 2009, el país tuvo un retroceso de 20 puntos.
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